Se dice que las Islas Canarias es uno de los puntos calientes de biodiversidad de todo el Planeta Tierra. Lo son por su ubicación geográfica, por su especial morfología y estratos de altitud, por las bondades de su clima y por el factor de aislamiento que le ha dado la insularidad.
Esta variabilidad climática, unida a su abrupto relieve, ha originado el desarrollo y conservación de una naturaleza con ecosistemas muy diferentes, que van desde áridos desiertos, hasta bosques húmedos y zonas de alta montaña. Esta circunstancia ha provocado que en Canarias haya más de 500 especies de flora, otras 2.800 de fauna invertebrada y 21 de fauna vertebrada que son variedades endémicas, únicas de las islas. Cifras que convierten al archipiélago en la región española con mayor cantidad de endemismos.
En Canarias, cada isla tiene sus particularidades, pero sin duda es su naturaleza volcánica el eje transversal que une a todas las islas, a muchos de sus recursos y zonas emblemáticas, así como muchas tradiciones y costumbres que han marcado desde siempre la impronta de su población residente en esta tierra. ¿Puede jugar el turismo un rol activo en la conservación y puesta en valor de todo este patrimonio ambiental y humano?